Selva de Irati

La Selva de Irati es el segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado de Europa, después de la Selva Negra de Alemania. Una inmensa mancha verde de unas 17.000 hectáreas que se mantiene en estado casi virgen. Se encuentra situada en el Pirineo oriental navarro, en una cuenca rodeada por montañas (Ori, Abodi…), en la cabecera de los pirenaicos valles de Aezkoa y Salazar. 

La Selva de Irati es un tesoro natural con gran valor ecológico en el que conviven distintas figuras de protección como las reservas naturales de Mendilatz y Tristuibartea y la reserva integral de Lizardoia. Tupidos hayedos, pastizales, abetos y frescas aguas pintan un paisaje de colores vivos que se transforma con cada nueva estación.

Un bosque que te brindará multitud de sensaciones: el encuentro a solas con la naturaleza, el rumor salvaje del agua entre hayas y abetos, el frescor del río Irati o del embalse de Irabia, el sonido huidizo de los animales y de las hojas caídas en otoño, el olor a los frutos del bosque y la suavidad del manto de hierba que cubre esta joya de los Pirineos. Coge tu cámara y tus botas de monte y échate a andar por alguno de los senderos balizados que recorren el bosque.Incontables rincones perdidos en la espesura de los bosques o en los luminosos pastizales de las zonas altas sirven de refugio y hábitat a valiosas poblaciones de animales salvajes. Aves, como reyezuelos, pinzones, petirrojos, pito negros o dorsiblancos, especies acuáticas como las truchas y otras como zorros, jabalís, martas y ciervos… Estos últimos son protagonistas del otoño en la Selva de Iratiya que es su época de celo y la berrea con la que intentan conquistar a las hembras resuena por todo el bosque.

La Foz de Lumbier

Su espectacular geología y el aislamiento durante siglos han propiciado la conservación de una singular vegetación que puebla los escarpados roquedos sirviendo de morada para grandes rapaces. Un espectáculo sin igual de paredones rojizos de cuyas grietas cuelgan árboles y arbustos y en los que descansan grandes rapaces. 

Lo que confiere singularidad a esta foz es que sus 1.300 metros de longitud pueden ser recorridos por la vía verde que discurre cerca del río y al pie de los acantilados anunciando las primeras estribaciones del Pirineo oriental navarro. Escucha el rumor de las aguas y los gritos de las chovas mientras admiras la belleza de este enclave natural. 

Desde la cercana localidad de Lumbier, se llega a un aparcamiento situado a escasos metros del acceso a la garganta. La foz de Lumbier es un desfiladero excavado por el río Irati sobre la roca caliza en el extremo occidental de la sierra de Leire, al pie del Pirineo navarro. Es una de las gargantas más espectaculares de Navarra, un paisaje labrado a lo largo de millones de años por la acción del río Irati que, día a día, sigue marcando su huella en este santuario de la naturaleza, reserva natural desde 1987.

La foz de Lumbier es una hoz estrecha y pequeña, de 1.300 metros de longitud y de una belleza espectacular. Sus paredes verticales alcanzan en su cota máxima 150 metros de altura y en sus grietas, roturas y repisas viven grandes rapaces, entre los que abundan los buitres leonados y en la que, con un poco de suerte, se podrá ver algún quebrantahueso. La foz, que también sirve de refugio para zorros, jabalíes, tejones y alimoches, está poblada de quejigos y coscojas, además de arbustos como tomillo, espliego y ollaga que se cuelan por las grietas de las paredes calizas. La vegetación se transforma en bosques de álamos, sauces y fresnos a la entrada y salida de la foz.